Un día en la playa IV
Aunque lo mío siempre fue el tenis y ser un ganador con las minas, tengo mi lado artístico. Así que cuando se armó ronda saqué mi armónica y dejé salir al Gasti músico que tengo adentro. El pelado tocaba la guitarra y el peludo un instrumento medio raro. Pegamos altos temas y empezó la ronda de mates. Puta madre! ¿Por qué carajo me tiene que tocar a mí después del asqueroso este que deja la bombilla llena de pelos? Con un poco de suerte no toma porque le hace mal, si ni siquiera es de este planeta. Ah! ahora que lo pienso, con un poco de suerte lo toma y se muere, mejor no digo nada.
Pero me cago en mi puta suerte…no le pasó nada. Ahora voy a tener que limpiar la bombilla, a ver si me contagio algo de este engendro.
Al rato vino el viejo y se puso a hablar con los otros dos. Mientras yo aproveché para pegar mis solos con la armónica, para impresionar a las nenas. Evidentemente ninguna valía la pena porque no me daban pelota…así que fui a ver en andaban estos tres.
- Buenísimo! ¿Pegamos un truco entre los 4? Yo juego con el pelado!
- No Gato – me contesta el Doc – ellos dos van a jugar nomás.
- Para viejo…primero, no me digas gato gilun, eso es para las chicas, y segundo ¿por qué no puedo jugar? Soy el mejor jugador de truco que vas a conocer en tu vida.
- ¿Ah sí? Imaginate que te toca una mano con un 4 y 2 figuras.
- Pero me cago en la puta madre que lo parió!
- Ves!!! No podes mentir.
- No, no…ahí viene el gordo puto con otro flaco, se ve que quiere lo pongan de nuevo. Vení pelado, parate al lado mío.